La teoría de la Personalidad de Rogers se caracteriza por destacar la incidencia en los aspectos dinámicos y de cambio. Los conceptos de “organismo” y “self’, son los pilares sobre los que se asienta dicha teoría.
El organismo se define como una totalidad gestáltica (una organización, una forma), integrada por aspectos físicos y psíquicos que conforman la estructura básica de la personalidad. Para Rogers, el organismo es el centro y lugar de toda experiencia;, es decir, el conjunto total de las experiencias (percepciones y significados), tanto simbolizadas (conscientes) como no simbolizadas (no conscientes). Estas últimas son consideradas por Rogers como experiencias que operan a un bajo nivel de conciencia; fenómeno que se denomina “subcepción”.
En su definición del “self’ o “sí mismo”, Rogers lo describe como un todo gestáltico y organizado de percepciones relativas a uno mismo, accesible a la conciencia, y que alude a las propias características y capacidades, al concepto de uno mismo en relación con los demás y al medio, a los valores, metas e ideales, percibidos positiva o negativamente por la persona (lo que creemos ser).
Entonces, Rogers nos habla de la TENDENCIA ACTUALIZANTE, esa tendencia a la actualización, autorrealización, mejoramiento del funcionamiento del organismo humano, innata, natural y fundamental en el desarrollo del self y en la dinámica de la personalidad. Para explicar el proceso de la formación del self, Rogers expone acerca de la necesidad de consideración positiva incondicional y la necesidad de autoestima.
A medida que comienza a surgir la conciencia de sí mismo, el niño desarrolla la necesidad de recibir afecto (consideración positiva) por parte de personas significativas. La necesidad de consideración positiva por parte de sus padres es una motivación poderosa, por lo que, para conseguir su satisfacción, el individuo puede llegar a descuidar experiencias positivas para su propia actualización y desarrollo.
De estas experiencias y la satisfacción o frustración de la necesidad de afecto, se desarrolla otra motivación, la necesidad de autoestima. El niño percibe que algunas de sus experiencias son aceptadas y evaluadas positivamente por sus padres que, en estas condiciones, le satisfacen su necesidad de amor, mientras otras experiencias merecen su reprobación. En función de esto, el niño va aprendiendo a valorarse a sí mismo (autoestima) del mismo modo que lo hacen los demás.
Es decir que el SELF estaba constituido por experiencias directamente vividas por la persona. Los criterios de valoración eran internos, “naturales” a la persona. Pero, a partir de ahora, en este proceso, el niño comienza a comportarse de acuerdo con unas condiciones de valor o mérito que ha incorporado a través de los otros. Así, a lo largo de la niñez, el self, se amplia y en consecuencia, el niño se estimará a sí mismo de un modo condicionado, según cumpla o no las condiciones de valor que vienen de otros.
Ésto va a generar una discrepancia con sus experiencias iniciales, (por ejemplo, un niño cuya imagen es de un niño bueno, pero que al mismo tiempo disfruta pegando a su hermano menor, por lo que será censurado por sus padres, se verá obligado para mantener su imagen y conseguir la aprobación paterna a rechazar este sentimiento gratificante considerándolo como algo censurable, independiente de su experiencia subjetiva).
Una vez que estas condiciones se incorporan al self, el niño comienza a percibir sus experiencias internalizadas. Las que coincidan con estas condiciones de valor serán percibidas conscientemente y correctamente simbolizadas; por el contrario, las experiencias que no coincidan con ellas van a ser vividas como amenazantes para el self al indicar una incongruencia entre lo que la persona experimenta y su autoimagen; para reducir esta discrepancia y mantener un estado de congruencia con uno mismo, la persona tiende a distorsionar o negar dichas experiencias, mediante malas percepciones.
Ahora bien qué diferencia hay entre PERCEPCIÓN y SUBCEPCIÓN?
La “subcepción significa “discriminación sin representación consciente”. Es decir, hace referencia a la capacidad del sujeto para percibir una amenaza sin ser consciente.
Surge en varias oportunidades el término EXPERIENCIA DE SÍ MISMO, que hace referencia a fenómenos que se refieren al yo y formaran lo que denomina ” la idea o imagen del yo”. Pero EL YO IDEAL es el conjunto de características que el sujeto querría poseer para describirse a sí mismo.
¿QUÉ PASA CON LA VULNERABILIDAD?
Es el estado de desacuerdo que puede existir entre el yo y la experiencia, esto pude llevar a un estado de desorganización psíquica.
ANGUSTIA:
Estado de malestar o tensión cuya causa el sujeto no conoce. Se produce porque el sujeto es consciente de que existe un conflicto entre su yo y la totalidad de su experiencia. Es la reacción del sujeto a la “subcepción” al peligro y a ese estado de desacuerdo.
Entonces puede existir un MAL FUNCIONAMIENTO PSÍQUICO que implique la deformación o de elementos de la experiencia importante. Esto supone que los elementos están mal representados y por lo tanto no se corresponde de forma total el yo y la experiencia dando lugar a tensiones, conflictos, etc.
Pueden así, actuar LA DEFENSA, LOS MECANISMOS DE DEFENSA, es decir, la reacción del organismo a la amenaza cuya intención es mantener la estructura del yo. La defensa actúa deformando la percepción, tratando de disminuir la diferencias entre el yo y la experiencia.
RIGIDEZ CONCEPTUAL: Es la forma de representar del sujeto en términos absolutos e incondicionales, es una forma defensiva de afrontar la amenaza.
APERTURA A LA EXPERIENCIA: Actitud que adopta el individuo a no experimentar amenaza, es decir, el sujeto no se defiende. En este tipo de personas hay una correspondencia absoluta entre el yo y las experiencias que se refieren al yo .
FUNCIONAMIENTO ÓPTIMO: Se da cuando la estructura del yo permite la integración simbólica de la totalidad de la experiencia. La terapia de Rogers representa la dirección a este funcionamiento.
MADUREZ PSÍQUICA: Se consigue cuando el sujeto percibe de modo diferenciado y realista. La persona es: responsable, valora , modifica su percepción ante lo nuevo, tiene sentimientos positivos, hay acuerdo interno, actitud abierta y madurez.
CENTRO DE VALORACIÓN: Son los criterios aplicados por el sujeto en la valoración de su experiencia. Si la fuente es externa, aplica la escala de valores de los demás.(locus externo).
VALORACIÓN ORGANÍSMICA: Un modo de valoración que no deja de evolucionar, de cambiar. Es la tendencia actualizante.
MARCO DE REFERENCIA INTERNO Y EXTERNO: Conjunto de experiencias ,sensaciones, percepciones, etc., disponibles en la conciencia del sujeto, en un momento dado. El interno sería el mundo subjetivo del individuo, el externo se percibe sin tener en cuenta el marco de referencia del objeto observado, hay ausencia de empatía.
EMPATÍA: Percibir el mundo subjetivo de los demás “como si” fuéramos ellos. Es decir, percibir la causa como el otro lo siente o percibe sin olvidar nunca ese “como sí”, condición importante porque si no, hablaríamos de identificación.
RELACIÓN DE AYUDA: Es aquella relación en la que al menos una de las partes intenta promover en el otro el desarrollo, la maduración y la capacidad de funcionar mejor y enfrentar la vida de manera más adecuada. El otro, en este contexto, puede ser un individuo o un grupo. En otras palabras, podríamos definir la relación de ayuda diciendo que es aquella en la que uno de los participantes intenta hacer surgir, de una o ambas partes, una mejor apreciación y expresión de los recursos latentes del individuo, y un uso más funcional de estos.
Siguiendo a C. Rogers, cabe decir que la relación de ayuda óptima sólo puede ser creada por un individuo psicológicamente maduro. Dicho de otra manera, él creía que su capacidad para crear relaciones que faciliten el desarrollo de otros como personas independientes es una función del desarrollo logrado por él mismo.
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